Psicóloga experta en Igualdad
Estamos en medio de una situación singular, de constantes cambios producidos por la cuarta revolución tecnológica, protagonizada por la implementación a gran escala de la inteligencia artificial y las redes neuronales. Un momento además influido por una crisis global de salud pública, que ha obligado al mundo entero a redefinir estilos de vida, modos de comportamiento social y laboral, así como nuevas maneras de hacer negocio. Se habla mucho acerca de los elementos principales de toda empresa humana, que son la variedad, la flexibilidad, la personalización y como no, la innovación.
En este escenario, las redes sociales, como expresión de estilos comunicativos y relacionales, han traído consigo una ola de cambios sin precedentes que amenazan todos los aspectos de la sociedad humana. Los medios de comunicación tradicionales donde el emisor del mensaje decidía acerca de lo que se publicaba o comunicaba ha dado paso a un modelo híbrido donde lo que cuenta también es sobre lo que se habla en redes sociales como vector de referencia.
El liderazgo, que es uno de los aspectos más importantes en el desarrollo humano y quizás la institución social más influyente, se vuelve más importante que nunca, ya que tiene que soportar la naturaleza intrincada y los desafíos que plantean los sistemas de redes sociales y comunicacionales.
Para las mujeres, este desafío se vuelve aún más importante, ya que se encuentra inmerso en un momento de profundos cambios y cuestionamientos sobre estereotipos de género establecidos, así como de las percepciones de la sociedad hacia las mujeres líderes. Los desafíos encontrados y cómo las mujeres líderes pueden sobrevivir en un mundo complejo de redes sociales, plantea interesantes reflexiones acerca de dónde situarse, cómo posicionarse en forma de marca personal y cual es la mejor forma de alcanzar una mayor visibilidad, sin exceso de exposición.
Todo ello se convierte en asunto de gran importancia para todas aquellas que son reconocidas como líderes y para aquellas que aspiran a serlo. Si a esta complejidad, añadimos la difícil situación del liderazgo de las mujeres, expresado en el existente techo de cristal, se presenta una necesidad urgente en forma de impulso bienvenido, y hasta revolucionario, para que nos alejemos de la visión que escudriña, que cree analizar, pero sin embargo juzga, la apariencia, las conductas, las maneras de hacer y no los hechos o competencias manifiestas en el liderazgo ejercido por mujeres.
Si bien a las mujeres se les ha atribuido un comportamiento en redes mas ligado a las compras y al componente emocional de la interacción en redes sociales, son hoy en día las que mas utilizan este espacio, no solo para relacionarse sino también para ejercer un networking mas activo. Según un artículo publicado en Conectamericas.com sobre tecnología de junio 2020 «Las mujeres lideran la revolución de las redes sociales de tecnología” ellas son más participativas que los hombres. Por eso se cree que son ellas las que van a marcar tendencias de ahora en adelante porque, en términos generales, se han adaptado más y mejor a la tecnología.
Las comunidades de mujeres además están evolucionando de una manera que atraviesa empresas, particulares y limitaciones físicas y conecta a todas las industrias y geografías. La función de hashtag de Twitter, en particular, permite a las mujeres seguir fácilmente los problemas que les importan, forjando coaliciones basadas en preocupaciones compartidas, desde la satisfacción de necesidades personales inmediatas, hasta la organización de actos estructuras y promoción de actitudes, encaminadas a provocar cambios sociales a gran escala.
Hemos visto en este sentido circular por las redes la opinión de miles de personas en todos los continentes sobre el brillante liderazgo ejercido por las escasas mujeres presidentes o jefas de gobierno, en relación con la gestión de la pandemia. Pero hemos visto también ejemplos de nuevos lideres en hospitales, en empresas y en nuestras mismas casas, enfrentando nuevos retos al cumplimento de los deberes laborales y la conciliación, diferentes a la imagen estereotipo de las mujeres, a la que tradicionalmente nos han acostumbrado las redes sociales.
Resulta en estos momento útil recordar por ejemplo a estos efectos, las conclusiones del estudio «Enfoques psicológicos sociales de la mujer y teoría del liderazgo», realizado por Stefanie Simon, Crystal L. Hoyt (2017), explorando el efecto de las imágenes de los medios en las autopercepciones y aspiraciones de liderazgo de las mujeres, que afirmaba que, “Las mujeres expuestas a imágenes de mujeres en los medios, en roles diferentes a los estereotipos, presentan mayores aspiraciones a ocupar posiciones de liderazgo, que las mujeres expuestas a imágenes de mujeres en roles estereotipados”.
Tenemos, por tanto, a raíz de esta pandemia, una enorme oportunidad de mostrar en las redes sociales nuevos aspectos del liderazgo femenino, evidenciado por la enorme capacidad de generar relaciones de intercambio profesional, ejercido a través de nuevos roles en su ejercicio, asumidos por numerosas mujeres durante la misma, capaces ahora de inspirar y generar mejores expectativas respecto del acceso a posiciones de liderazgo a las nuevas generaciones de líderes.
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