Por todo ello, la forma de medir la diversidad y la inclusión supone un desafío. La diversidad puede medirse, en tanto en cuanto la organización sea consciente de las diferencias existentes en el personal que trabaja en la empresa. Sin embargo, la inclusión es más difícil de cuantificar, dado que está relacionada con temas mas abstractos, tales como la confianza que tienen los trabajadores de que se les escucha en la empresa, de su propio reconocimiento o de la existencia de igualdad de oportunidades en relación con recompensas e incluso la política de promoción. Por mucho que la organización intente conseguir altos niveles de inclusión, puede resultar a menudo difícil saber si se ha conseguido al nivel esperado.